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miércoles, 12 de febrero de 2025

Luna

Foto tomada con una Canon T5i. Teleobjetivo 200 m.m

Regálame un recuerdo,
cortame una flor,
dame un pensamiento,
entrégame tu amor.

No te pido mil tesoros,
ni regalos por montón,
dame grandes abrazos,
que nazcan del corazón.

Lléname de dulzura,
para deleitar el alma pura,
bájame la luna,
para que baile con mi locura.

Hilena

Agosto/11/06

martes, 11 de febrero de 2025

Duele

Diente de Leòn. Jardìn (Ant) Fotografìa Hilena

Hoy solo quiero escribir lo mucho que duele perder un amor,
no se si lo amare por siempre o llegara el día que ya no lo sienta en mi corazón.
No esperes a que salga corriendo tras de ti, tampoco que este rendida a tus pies.
Lo único que deseo es que seas muy feliz.

Duele saber que no regresaras y aunque intente salvar nuestro matrimonio, 
hay sucesos que pesan mas que la traición.
Tengo claro que nunca regresare, pero también se que este sufrimiento no sera para siempre 
y que la vida me lo ha de recompensar.

Si tan solo hubieses valorado mi amor y entrega, jamas te habrías marchado detrás de otros labios.
Como duele haberte perdido.
Ya no estaré cerca de tì, ya no estaré para cuidarte y apoyarte.

Para mi eras un ser maravilloso y te merecías lo mejor, que triste entender que para tì no alcance la mejor,
Se que trate de hacerte feliz y se que lo logre, pero no fue suficiente para aceptar que esta loca consentida ya no tenia el mismo cuerpo y los mismos años de hace 12 años atrás.
Y si,  ya no soy la muchachita a la que tus ordenes imponías  y que todo normalizaba, tus mentiras y las circunstancias de la vida me enseñaron a ser fuerte y no cometer los mismos errores.

¡Gracias!
Por los días bonitos que en un tiempo vivimos,
 por el privilegio de conocerte,
por los besos y caricias.
Por los hijos que son el motor para seguir adelante, ellos me dan la fuerza de vivir y luchar por mis sueños.

Sabes, pensaba que sin tì mi vida estaba vacía,
Aunque muchas noches te llore, esas lagrimas me hicieron muy fuerte.
Sufrì de pensar que te pondrás viejo y yo no estaré  para aliviar tu dolor y ser tu compañía,
tu bordón, tu ruana para el frío.

Y aunque te extrañe, deje que este amor se extinguiera 
porque el que fue mi amor, se dejo morir y poco a poco se convirtió
en un corazón que se quedo en el olvido. 

Hilena
03 - 12- 2008






viernes, 7 de febrero de 2025

Reportaje que me hizo Lorena Tamayo del periódico Mi Comuna2

Fotografías: Cortesía Corporación Cultural Nuestra Gente

Una familia de artistas en un barrio como escenario

Ilda Elena Cañas Mesa es la madre de Camilo, Sergio, Emanuel y Esteban. Ella es teatrera y artista plástica en formación. Ellos, dibujantes, fotógrafos, músicos y también teatreros. Una familia de artistas en Santa Cruz, una familia que vive el barrio desde la alegría transformadora de las artes, una familia irreverente y comunitaria, la familia Cañas.

Hilena, como le dicen sus amistades, nació en Medellín y creció en el barrio Santa Cruz. Entre sus recuerdos están los juegos en la loma y la subida a “la 40” (carrera 48), una calle llena de historias. Cuenta que desde que estaba en primero de primaria se sentía toda una artista cuando una de sus tareas era aprenderse poemas y lo que más disfrutaba era ponerse los vestidos que le hacía su abuela y declamar en público. También dramatizaba canciones y participaba en todos los actos cívicos. Quiso entrar a clases de danza y teatro pero su familia no estaba de acuerdo. “Para ellos eso no era bueno, las mujeres no podían hacer ese tipo de cosas”, menciona mientras su voz disminuye un poco.

Siendo aún muy joven quedó embarazada de su primer hijo, y aunque empezó a estudiar dibujo industrial, al casarse y empezar una vida de familia, el arte fue quedando a un lado, sin embargo su esencia artística sobresalía al inventarse artesanías para decorar su casa, para vender y encontrar en diferentes elementos inspiración para algo.

“Cuando fui madre no pensé que iban a ser artistas, no. Pero cuando mi hijo mayor tenía tres añitos sí empezamos a meterlo a clases en Comfama y se destacaba mucho en dibujo. Ya luego cuando él estaba en tercero me fui a vivir a La Milagrosa y en el colegio donde estaba los llevaban dos veces a la semana a clases a la Escuela Popular de Artistas y era muy talentoso, entonces yo empecé como a fomentarle eso, lo tuve en clases de pintura en la Débora Arango, también lo tuve en teatro y a medida que fueron naciendo y creciendo los otros, los fui metiendo a cosas de arte”, recuerda Ilda mientras empieza a buscar fotografías de sus hijos pequeños.

Pese a que la maternidad pareciera haber alejado el arte, fueron sus mismos hijos quienes la hicieron volver a él. Después de vivir en Envigado y Cartagena, regresaron a Santa Cruz y allí sus hijos menores conocieron la Corporación Cultural Nuestra Gente, en una comparsa quisieron hacer música y empezaron un proceso formativo. Al llevar a sus hijos, la invitaron a ser parte de uno de los grupos de teatro y aceptó

“Hacer teatro con mis hijos, es algo muy genial, uno se siente muy orgulloso, uno se siente como poderoso al ver que está a la par con sus hijos y que están llegando a la gente a través del arte juntos. Y no solamente eso, muchas veces al escribir mi hijo mayor me corrige los textos o mejora mis dibujos”

Sergio, uno de los mayores, se ha inclinado por el arte audiovisual y recuerda que su acercamiento al arte fue en preescolar, donde debía hacer una representación de un gusanito y le dijo a su mamá que tenía que ir disfrazado, hicieron el vestuario con costales y la profesora quedó impresionada porque no pensó que iban a esmerarse tanto. Luego empezó a contar chistes en los actos cívicos y ya cuando estaba en sexto entró a clases de teatro con sus hermanitos en Nuestra Gente.

Emanuel se ha decidido por la música, hace parte de la chirimía El Sonar de los Tambores y se está especializando en percusión. “El arte ha cambiado demasiado mi vida ya que me ha abierto demasiadas puertas y me ha hecho conocer demasiadas personas espectaculares y talentosas. Lo bueno de tener una familia artística es que se pueden hacer proyectos en conjunto ya que la creatividad no tiene límites”.

La forma de habitar el barrio también se hace diferente. Para Sergio, por ejemplo, ser artista implica ver la cotidianidad desde diferentes puntos de vista. “A veces uno va pasando y ve un muro y piensa: este muro se puede intervenir, o a mí que me gusta más lo audiovisual, veo una situación entre vecinos y pienso: esto podría ser la escena de una película. El barrio se vuelve un gran escenario lleno de posibilidades que hay que explotar de alguna manera”.

Hilda, con su voz potente, crespos libres y sonrisa pícara reitera que al ser artistas, el barrio se vive desde la literatura, desde la juntanza para crear, para salir en una comparsa y llenar las calles de colores, de la magia de un personaje y la alegría de la música.

Por Lorena Tamayo Castro
Fotografías:
 Cortesía Corporación Cultural Nuestra Gente

Lléname


Mis pechos floreciendo

Cielo,
Tan solo ámame y dame tu amor sincero,
déjame ser tu eterna compañía,
no quiero corazones rotos
ni ausencias en la cama.
Sabes, la vida esta llena de personas hermosas,
y entre ellas estas tú.


Lléname de
besos,
abrazos,
caricias y
ternura.
lléname de tu amor
con la frescura
con la que nace una flor.

Hilena
Abril 28 del 2008







jueves, 6 de febrero de 2025

El patio trasero de la estación Andalucía

Grupo de danza urbana ensayando en los bajos de la estación del metro cable Andalucía.

La ausencia de espacios culturales y deportivos en la comuna 2, han propiciado que los habitantes de la 107 y sus alrededores vean en la estación Andalucía un sitio para el  encuentro y el sano esparcimiento.

Cae la tarde, el sol se esconde tímidamente en el horizonte, permitiendo que sobre las paredes de los bajos de la estación del metro cable de Andalucía se dibuje la silueta de las personas que, poco a poco, llegan a habitar este lugar.
El escenario está dispuesto, con las luces de la ciudad titilando como cocuyos en la noche, a modo de telón. Las escaleras se convierten en graderías donde el público puede observar a grupos como Rugido Urbano, Jóvenes Unidos, Choquib Exotic, y Dance Dreams, que han tomado este espacio como alternativa para realizar sus entrenamientos y montar sus coreografías.
“Son alrededor de seis grupos que, entre todos, pueden sumar más de 50 personas, sin contar a los que juegan fútbol, voleibol, practican skateboard, niños y niñas con sus bicicletas, y las familias que acuden al sitio para acompañarlos”, comenta Sebastián Moreno, uno de los profesores de baile.
Katy es una madre que acompaña a su hija a los ensayos y resalta que “una de las mayores dificultades es que el espacio no es lo suficientemente grande para albergar a tantas personas, ya que los niños jugando, los perros y balones no permiten que se pueda bailar tranquilamente. Aun así, la armonía entre los grupos es buena; respetan los horarios y la ubicación de cada uno”.
Los bailarines manifiestan que, una de las dificultades que en ocasiones retrasa el proceso son los días lluviosos y la falta de conexiones eléctricas, porque, si se descarga un equipo, deben parar el ensayo mientras van a una vivienda cercana a cargarlo. Por lo tanto, uno de sus más grandes deseos es contar con una academia de baile comunitaria que esté equipada con espejos, conexiones eléctricas, donde puedan tener privacidad, guardar la utilería, vestuarios, y un escenario donde mostrar sus espectáculos.
Chehyner y Alan son dos jóvenes deportistas que también llegan a la estación en compañía de otros muchachos para jugar fútbol. Encontraron el lugar como una alternativa, ya que en el barrio cuentan con muy pocas canchas. Las que existen son administradas por el Inder, siempre están ocupadas y deben pedir cita para su uso. Uno de ellos comenta que la más cercana está en un hueco, sin iluminación, donde es habitual ver personas consumiendo  drogas.
Debido a los pocos parques, zonas verdes, espacios culturales y deportivos, la estación Andalucía pasó de ser un espacio gris y frío utilizado para el consumo de sustancias alucinógenas y se ha convertido en el patio trasero,  en  el lugar de encuentro y recreación de todos y todas, aquí los artistas, deportistas,  las familias, con sus niños, niñas y mascotas conviven disfrutando de los bailes y diferentes géneros musicales que allí se escuchan.

 por Hilena

Agosto 21 del 2024 

Escrito para el Periódico Mi Comuna2 

Edición 97


martes, 28 de enero de 2025

Mágico Saxofón

Estudiante de La Red de Escuelas de Medellín
Dulce y mágica melodía 
Estremece mi alma,
Enamora mi corazón.
Tú con tu tonada sensual.
Regálame una noche
Que me ponga a soñar
 con luces de estrellas lejanas
y lunas de cristal.
Tienes el encanto de una noche de festival.
La dulzura de un caballero
Que quiere cortejar,
a una linda dama
que su amor le entregara.
La compañía de amigos
Que te buscan pà gozar.
Eres tan fascinante,
Que tu son me pone a gozar
Al interpretar un buen latín
Ritmo cadencioso que me pone a vibrar.

Hilena C.M
Oct /12/08

domingo, 26 de enero de 2025

Simples letras

Atardecer en Rincón del mar
Poesía o melodía?
Solo se que nace del corazón
cuando se llena de inspiración.
Son versos compuestos,
adornados por bellos sonetos
a veces alegran,
otros entristecen.
unos enamoran,
otros abandonan.

Algunas veces traen recuerdos
que nos transportan en el tiempo…
de los abuelos,
los amigos,
los viejos amores,

que aun se sienten en los rincones
de nuestros corazones.
¿Música?
inspirada por Dios,
entonada por hombres
tocando los corazones.
(HilenaC.M)
                                                     Feb -5- 2009


2 Cartas de amor

Carta 1
Siempre estaré
Girasol que nació en mi jardín
En este instante de soledad, estoy pensando en ti
y bien sabes que te quiero mucho,
no se donde estarás o que estarás haciendo,
pero tu amor esta acá conmigo.

En estos momentos estoy pensando
en todos aquellos caminos que recorrimos juntos.

Te amo y siempre tratare de estar a tu lado,
por ser esa luz que guié tu vida, la mano que te ayude,el hombro que sea tu apoyo,quiero ser la mujer con la que siempre puedas contar,porque siempre estaré muy cerca de ti.

Dic/03/96 


Cielo de Santa Elena, Vereda Media Luna.

Carta 2
Eres

En medio del desierto, encuentro tus ojos.
En cada flor, tu hermosura.
En la inmensidad del mar, busco tu amor.
En el canto de las aves, escucho la dulce melodía de tu voz.
Eres la suave caricia de la brisa, que recorre mi cuerpo
Y explora hasta el último rincón de mí ser.
Eres como agua de manantial que refresca mi alma.
Eres como una noche de luna llena que ilumina mi camino.
Eres el sol que resplandece mis días.
Eres el dulce susurro que me cautivo.
Simplemente eres…

(Hilena C.M)
29/06/00








sábado, 25 de enero de 2025

Es imposible no sentir y querer como te quiero, 
es imposible que no habites mi alma.
(Hilena C.M)
Diseño: Capiz



lunes, 11 de marzo de 2024

El cajón de madera



Mi abuelo paterno Gilberto Cañas.
Finca La california - Sopetrán

La casa de los abuelos tenía un jardín inmenso, en él había un árbol grande y frondoso de granada y otro de eucalipto tan alto, tan alto, que por poco llegaba al cielo; También había una tienda de abarrotes donde vendían papas fritas con
moresco de naranja. Imposible olvidar el delicioso sabor de ese concentrado sobre la escarcha que raspaba a escondidas de la vieja nevera.

Mi abuelo pasaba las tardes pelando y fritando papas para cuando fuera la salida de los estudiantes del colegio. Mientras realizaba sus labores yo me sentaba junto a él para escuchar las voces tan raras que sonaban en un antiguo cajón de madera que él poseía y era prohibido tocar;Pobre del que se atreviera a coger tan majestuoso tesoro.

Siempre escuchaba a un tal Montecristo que hablaba con una señora llamada Pochocha, lo más extraño para mi,era que a mi tía le decían pochocha pero no hablaba como la mujer de aquel cajón. A veces a escondidas me montaba en un butaco a mirar por los orificios de este aparato , pero no veía a las personas que vivían allí, lo que sí recuerdo era un olor muy peculiar que despedía dicho artefacto y que me era muy agradable.

Un día la caja mágica desapareció y fue reemplazada por un pequeño cajón de plástico donde sí se veía la gente, pero ya no está Montecristo, ni Pochocha.

Ya no está el abuelo, y ahora sé que ese cajón que  no suena por lo descompuesto y añoso, es un radio transistor de tubos y que conservo como un tesoro que le perteneció a mi viejo.

Viejo radio de tubos familiar


Ilda Elena Cañas M
(Hilena C.M)
1 marzo del 2024

jueves, 26 de octubre de 2023

Un salpicón de olores y sabores




Sede Social el Sinaí

Caminar el Sinaí es adentrarse en laberintos de calles angostas y casas apiladas unas frente a otras, ataviadas con tendederos en sus puertas, ventanas y balcones; diversidad de tradiciones, olores y canciones.


Para llegar al Sinaí lo primero que me encuentro con una calle transitada, vehículos que van a toda prisa de lado a lado, vendedores ambulantes y comercio organizado. Esta es la Avenida Carabobo o carretera vieja como le solían llamar mis abuelos.

La luz del semáforo cambia, logró atravesar la húmeda calle y me adentro al barrio por un callejón amplio, pavimentado, que se va estrechando como un embudo hasta llegar a un tramo empedrado que se vuelve un pantanero al caer la lluvia. Este lugar es Tres Esquinas, allí se divide el barrio por sectores: Los Fundadores, El Arenero y La Sede, que es para donde yo me dirijo.

La entrada a este sector es un pasaje corto formado por las grises paredes de las casas que están a su costado y tan angosto que si dos personas se cruzan al pasar, obligatoria-mente tienen que parar y mirarse a los ojos.

Al fondo me encuentro un cubo levantado con adobes y tejas de zinc. Es la Sede Comunal, cuyas puertas y paredes nos dejan ver el paisaje del barrio, que uno de sus habitantes dibujó y que ahora está desgastado por la intemperie. 

Este es el lugar que le da la bienvenida a este tramo del Sinaí, pero también es el espacio de encuentro para hablar del territorio, realizar talleres de formación con los habitantes del barrio o celebrar reuniones familiares.

La Sede es un conjunto de callejones angostos que se cruzan unos con otros para formar laberintos con casas a lado y lado, de dos y tres pisos, tan juntas las unas de las otras que los tendederos de ropas en sus balcones parecen bailar al compás del suave movimiento que el viento les da y la variedad de géneros musicales que compiten al que más duro suene. Los bafles y picó son los que me dan la bienvenida a este salpicón de sonidos y olores. La champeta, vallenatos, salsa-choque, rancheras y el reggaeton, se mezclan con el olor a frijóles, pescado, sudao, sancocho y hasta arroz quemado.

Los vecinos del barrio son un puñado de culturas: costeños, paisas, venezolanos, afrodescendientes y uno que otro llegado del interior, en su mayoría desplazados de sus territorios por la violencia o falta de oportunidades.

Callejón del Sinaí,
Sector la Sede.

Me dirijo al fondo de este callejón, esquivando, las carreras de los niños, las motos, las mierdas de perro y los huecos llenos de agua que el aguacero dejó. Llego a mi destino; subo unas escaleras metálicas y aquí estoy, en una casa que reluce por lo limpia y ordenada. Es pequeña: dos cuartos, una sala que se conecta con la cocina, el baño y una pequeña zona de ropas que tiene una ventanita que nos deja ver el río. Ese río que da la sensación de arrullo al pasar con su cause sereno y nostálgico, que le permite a los niños jugar en sus pequeñas playas y a los hombres sacar arena para el sustento diario, pero que cuando la ciudad es bañada por los fuertes aguaceros baja enérgico, furioso, amenazante y sale hacia las casas, arrasando todo a su paso, mostrando su soberanía, reclamando sus tierras, esas que fueron arrebatadas para darle vida al barrio.

Rio Medellín visto desde el Barrio Sinaí.

Estoy en la casa de Emadis Foliaco, cartagenera de nacimiento con descendencia italiana, criada en San Juan de Urabá. Es madre de tres niños y una esposa amorosa, cuidadora de los suyos. Desde muy niña aprendió a defenderse en las labores de la casa, ya que pilaba el maíz y se encargaba de la cocina. Es quizás por eso que todas sus preparaciones se destacan por su gran sazón.

Emadis vivió muchos años en Venezuela, allí conoció al padre de sus hijos, otro costeño que también se fue al vecino país en busca de mejores oportunidades, pero deciden regresar por la difícil situación que allí se presentó.

Mientras me tomo un helado y delicioso jugo de mango verde, Emadis, me cuenta como muchas mujeres del barrio también hacen maravillosas preparaciones y es por esto que los callejones de la Sede se convierten en un carnaval de olores: Arepas de huevo, caramañolas, frijoles, sancocho, caraotas, mazamorra, arroz con coco y pescado frito, que nos llevan por un paseo olfativo por diferentes culturas y tradiciones.

Callejón que conduce a la estación Tricentenario.
Barrio el Sinaí
Así es la vida en uno de los sectores del Sinaí, con hombres y mujeres trabajadores, que aprendieron que aunque la vida no es fácil, siempre se debe tener esperanza y luchar por los sueños, la familia y el territorio, sin olvidar nuestras culturas y tradiciones.

Hilena C.M
17.10.2022



























Mi anhelo

Anhelo explorar tu cuerpo. Sin tiempo, Sin límites, Porque mi huella en tu piel dejare, Porque siempre te amare. Anhelo fundirme en ti, Como...